SADHANA MATUTINA WITRYH
Nuestros Guías Espirituales, los grandes Maestros de la Humanidad nos enseñaron a alimentar el alma antes que alimentar el cuerpo. El alba es el momento más propicio para conectarnos con la fuente de vida espiritual, ese momento de quietud y silencio que precede a la salida del Sol. Por eso, desperezamos el cuerpo para convertirlo en un templo de alegría y entusiasmo a través de los cánticos y las danzas, apartamos las telarañas de la noche y recibimos el día cantando, bailando, invocando, respirando y entrando en el Silencio, convirtiendo nuestra mente en el cristalino lago donde Dios pueda manifestarse.
En la sadhana de hoy practicaremos la Meditación de la Paz con el Padre Celestial.
Es una de las meditaciones Esenias de la Paz. Que los esenios practicaban al mediodía. Consiste en 13 prácticas, símbolo de las 13 lunas del año. Esta meditación es una llamada, una entrega y un gesto de unión con lo Supremo, lo Invisible y lo Eterno. Es una práctica de refugio en el seno del Gran Profundo.
El alma individual demanda la meditación para unirse al Alma Universal. Es el deber del alma, meditar todos los días en su divina esencia como chispa que es del Padre Celestial.
Eta meditación va creando día a día las condiciones para establecer un vínculo formidable con la Divina Presencia del Gran Profundo en nuestras vidas.