SADHANA MATUTINA WITRYH
Nuestros Guías Espirituales, los grandes Maestros de la Humanidad nos enseñaron a alimentar el alma antes que alimentar el cuerpo. El alba es el momento más propicio para conectarnos con la fuente de vida espiritual, ese momento de quietud y silencio que precede a la salida del Sol. Por eso, desperezamos el cuerpo para convertirlo en un templo de alegría y entusiasmo a través de los cánticos y las danzas, apartamos las telarañas de la noche y recibimos el día cantando, bailando, invocando, respirando y entrando en el Silencio, convirtiendo nuestra mente en el cristalino lago donde Dios pueda manifestarse.
Hoy practicaremos la Meditación de “La sabiduría del silencio”.
Se trata de escuchar sin pensar, sin argumentar, sin juzgarte y sin juzgar.
Si te aburres, escucha el aburrimiento, pero no intentes salir de él.
Si te duele, escucha el dolor, pero no quieras quitártelo (a no ser que sea insoportable).
Si te agobias, escucha tu agobio.
Si te pones nervioso, escucha lo que dicen tus nervios.
Si te entran ganas de dormir y das cabezadas, escucha el mensaje de la ensoñación.
Si deseas moverte, escucha la quietud.
Si no quieres estar solo, hazle caso a tu soledad.
Si deseas comer, escucha lo que te dice el hambre.
Si ves imágenes, obsérvalas con atención.
Si deseas hablar, observa detenidamente lo que quieres decir.
Es decir, escucha la voz de la sabiduría que te llama a gritos sin ruido para que despiertes.
Escucha esa mística voz que nace del silencio.
El mensaje del silencio es el instrumento de la voz de la sabiduría.